Nativos e inmigrantes digitales

01 Junio 2021

En la actualidad, los estudiantes tienen un perfil distinto al que tenían sus docentes a esa misma edad, esta diferencia generacional tiene que ver con la cercanía hacia la tecnología, ya que los primeros no conciben un mundo de aprendizaje sin sus dispositivos digitales; mientras que los segundos, se desarrollaron más en una educación tradicional, entonces, esto crea brechas que los educadores estamos obligados a superar con la finalidad de poder comunicarnos de forma efectiva con nuestros estudiantes y, en consecuencia, lograr en ellos un aprendizaje significativo y duradero. 

Los adolescentes, a quienes va dirigido nuestro servicio educativo, hacen uso extensivo de herramientas digitales, tanto para comunicarse, producir contenido o aprender, por eso, la importancia de estar presentes y entender su entorno virtual para ofrecerles adecuados recursos de aprendizaje. Mark Prensky en el 2001 introduce el término de “nativos digitales” y refiere en el artículo Nativos e Inmigrantes digitales, que en la actualidad los jóvenes o nativos digitales piensan y procesan la información en modo distinto a las generaciones anteriores, algo que no es una situación excepcional, sino que por el contrario ha de presentar continuidad a través del tiempo; por el lado contrario, los docentes a quienes podemos identificar como inmigrantes digitales carecen de estas características, razón por la cual piensan y se comunican de forma diferente.

¿Quiénes son los nativos digitales?
Estos jóvenes tienen una habilidad innata del lenguaje y del entorno digital, ya que han adoptado la tecnología en primera instancia. Las herramientas tecnológicas ocupan un lugar central en sus vidas y dependen de ellas para todo tipo de cuestiones cotidianas, desde relacionarse o estudiar hasta comprar, informarse, divertirse, etc. Es por eso que ya no conocen una era sin conexión constante al mundo.

El uso de los dispositivos móviles en el aula
Antes de la pandemia no se veía necesario el uso de dispositivos móviles, debido a que no solucionaban las dificultades de los contenidos que se brindaban en las aulas; sin embargo, se planteaba que la brecha de la que se hablaba sea menor, buscando que los contenidos a transmitir hacia los estudiantes sean de forma más atractiva para ellos. Los docentes debemos entonces acercarnos a estas tecnologías para utilizarlas adecuadamente, ello implica el conocerlas a fondo y emplear aquellas que se ajusten a los contenidos de la mejor manera posible. 

Así mismo, la inserción de los dispositivos móviles en las aulas se planteaba que se debería ir realizando bajo determinadas condiciones, siendo este tema objeto de investigaciones en otros países tanto a nivel de la educación básica regular como de la educación superior. Por ejemplo, en Argentina han habido algunos avances en la inclusión de los smartphones para la producción audiovisual de contenido por parte de los mismos estudiantes del nivel básico en la provincia de Santa Fe como nos lo comenta Ana M. Damiani (2013) en el estudio “El uso del celular como herramienta educativa en el aula de la escuela secundaria”; y en la Universidad de Córdova, como elemento complementario para los cursos de matemáticas financiera; en Colombia para la alfabetización de adultos; en Paraguay y Chile para la realización de pruebas calificadas en estudiantes de nivel secundario, por citar algunos ejemplos. La inclusión de los dispositivos móviles en el contexto educativo se enmarca en el concepto de lo que se denomina mobile learning, este concepto explica que estas tecnologías de comunicación implican lo siguiente:

  • Movilidad física y tecnológica: Los elementos con los que las personas interactúan y proporcionan acceso a le tecnología son de tamaño reducido, permiten su utilización en diferentes momentos y espacios. 
  • Movilidad social: Se puede aprender “de” y “con” otras personas por las grandes posibilidades de comunicación que proporcionan (llamadas, mensajes de texto, mensajería instantánea, acceso a internet y sus contenidos, etc.).

Estas características permiten que las fronteras entre lo real y lo virtual; entre los espacios de aprendizaje formales e informales sean cada vez más difusos, ya que se superan las limitaciones geográficas y temporales, permitiendo que el aprendizaje sea posible en cualquier lugar y en cualquier momento, convirtiéndose en mediadores entre el conocimiento y los estudiantes.

La pandemia y los nuevos retos en la educación virtual

En este contexto por la COVID-19, se tuvo que acelerar el conocimiento de la tecnología informática, mientras que la actividad online crecía exponencialmente en todos los ámbitos y en todas las edades; por ello, tanto los nativos digitales como los inmigrantes digitales debemos educarnos para que su utilización sea adecuada y constructiva; y en la educación hay que tener mucho más cuidado principalmente, porque el uso indiscriminado de las tecnologías informáticas y la actividad online podrían provocar daño personal y colectivo en los estudiantes, así mismo, no descuidar el trabajo grupal y no individual al que a veces te conlleva la educación virtual.

Finalmente, terminamos con algunas reflexiones para un análisis posterior. Si bien por este contexto de la pandemia se utilizan las herramientas tecnológicas para la educación, nos surgen algunas interrogantes: ¿Qué tanto los estudiantes están aprendiendo? ¿Cuáles son las consecuencias de esta forma de educación? ¿Cómo afectan al conocimiento y al comportamiento las nuevas tecnologías? ¿Puede generar mal uso, abuso y adicción las nuevas tecnologías? Estos y otros aspectos deberán ser abordados por los responsables de la educación en nuestro país.

 

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